Durante décadas escuchamos que los pentecostales no tenían teología o que su lectura bíblica era meramente literalista y demasiado simplista. El modo pentecostal estaba fuera de los cánones del típico protestantismo. Pero eso no quiere decir que no hicimos teología antes. Al contrario, era la forma de teología pentecostal la que era negada por una mentalidad exclusivista de la labor teológica. Con el advenimiento de la posmodernidad, otras formas religiosas tuvieron voz y adquirieron espacio en el escenario religioso.Ante este nuevo escenario, había dos opciones para los pentecostales. Una era asimilar el modo tradicional de hacer teología basado en la tradición o en la ortodoxia reformada. La otra opción es mirar a nuestro tiempo, si nos gusta o no, y aprender a vivir en este mundo. Ni voltear a un racionalismo reduccionista ni asumir acríticamente los postulados de la posmodernidad. Se trata de una opción que exigirá discernimiento. Este libro del pastor César Moisés es una clara demostración de esta segunda vía. Profundo conocedor de la literatura sobre el tema, describe, critica y propone, avanzando de una mera repetición de contenidos a la fundamentación de una clara posición.