Han pasado ocho años y Alex ya ni lo recuerda. Para él solo fueron bromas de patio de colegio, pero no fue lo mismo para Dick ... todo se mantiene fresco en su memoria. Para él no fueron bromas, sino una tortura que marcó su vida para siempre. No ha olvidado lo que Alex le hizo, y en especial no le ha olvidado a él. Ahora Dick regresa, pero no ya como el niño indefenso que se encogía asustado en el patio del colegio, sino como un joven que, a fuerza de odiarse, odia a todo el mundo y vive para desquitarse de quienes arruinaron su niñez y su autoestima.
Alex y sus amigos planean un divertido día en un circuito de paintball. Pero les acechan las sorpresas más espeluznantes y peligrosas jamás imaginadas. ¿Sobrevivirán o pagarán por lo que hicieron?