La gente venía de todas partes de Israel y aun de más allá para escuchar a Jesús, cautivados por sus palabras, la gente entendía su mensaje directo y profundo. De acuerdo con el evangelio de Juan, Jesús no pronuncia la palabra arrepentirse, en su lugar El introduce a las personas a un dialogo en el que expone sus pecados, por caminos cortos y sin nociones de error. Cuando Jesús remueve sus mascaras, El les dice palabras de restauración en vez de castigo. El se prueba a sí mismo como el pastor más gentil que encuentra a la oveja perdida y la lleva de nuevo al grupo, sus palabras continúan atrayendo hoy grandes cantidades de seguidores a través del mundo.