Para dar fruto, un árbol necesita raíces firmes.
Cuando un árbol echa raíces, se fortalece y se ramifica, y no tarda en aparentar el fruto.
Así igual con usted. Cuando más profundamente arraigue su vida en Cristo, llegará a ser
no solo más fuerte, sino más fructífero.
Al guiarlo a través de un método simple pero efectivo para explicar el evangelio a sus
amigos y vecinos, este tercer libro en La SERIE 2:7 le ayudará a convertirse en un miembro
fructífero de la familia de Dios. Usted también aprenderá a reflejar el carácter de Cristo
de manera natural en su vida diaria.