En una era donde muchos cristianos consideran a Jesús un amado pero distante salvador, Williard sostiene fuertemente la relevancia de Dios en cada aspecto de nuestra existencia. Capturando magistralmente las ideas centrales de las enseñanzas de Cristo de un modo fresco, él nos ayuda a explorar una vía revolucionaria para experimentar al Señor: conocerlo como una parte esencial del aquí y ahora, en vez de algo únicamente de la vida eterna.
El nos desafía a hacer a un lado las políticas y postulados cristianos posmodernos y nos inspira a rechazar toda la fe tibia de nuestro tiempo al abrazar el verdadero significado del Evangelio.