Necesitamos revitalizar la tarea de enseñarles a las próximas generaciones, pero no con el enfoque estándar de “la forma en que lo hemos hecho siempre” o con la imprudencia pragmática de “cualquier forma es suficiente” que no alcanza la meta de ayudar a los estudiantes a crecer hacia la madurez. La próxima generación necesita maestros comprometidos, maestros sabios, maestros alegres y maestros bien estudiados. Los jóvenes deben involucrarse profundamente de manera relevante más allá de las enseñanzas elementales. Necesitan una fe “repleta de pensamiento” basada en la Escritura, fortalecida por el Espíritu, y conectada con las realidades cotidianas para enfrentar los desafíos contemporáneos, las tensiones históricas y las preguntas difíciles. Este texto defiende la causa y los objetivos de la enseñanza cristiana en el ministerio para los jóvenes y ofrece una introducción a la enseñanza en todo tipo de contextos ministeriales.