Al ser alguien que padece de fatiga crónica, la vida que una vez disfrutaste dejó de existir. La fatiga puede deberse a un sinnúmero de cuestiones físicas, emocionales o espirituales. Pero, cualquiera que sea la causa, todo tu mundo está afectado ahora por tu fuerza física disminuida. David Powlison entiende lo debilitante y desmoralizador que puede ser un estado constante de fatiga, debido a su propia lucha de cinco años después de una cirugía de corazón. Powlison anima a aquellos que sufren a saber que, a diferencia del mundo, Dios abraza a los débiles y proporciona recursos fuertes y duraderos a través Cristo para brindar fortaleza minuto a minuto. Los lectores aprenderán a ajustar sus pensamientos y expectativas, y a apoyarse en los brazos firmes de Cristo.