El grupo Barna recientemente publicó alarmantes estadísticas: menos de la mitad de los adolescentes nacidos de nuevo (44 por ciento). Solo uno de cada tres adolescentes (33 por ciento) dicen que continuaran participando en la vida de la iglesia, una vez que vivan independientes. Estos alarmantes porcentajes nos hacen a preguntarnos lo siguiente:
- ¿Qué puede hacer la iglesia para formar niños espiritualmente fuertes?
- ¿Qué pueden hacer los los líderes del ministerio a los niños para trabajar con los padres en mantener a los niños en la iglesia?
- ¿Qué herramientas nos ayudan a proveer un entrenamiento espiritual adecuado?
Con más de treinta años de experiencia en el ministerio a los niños, David Boyd es una fuente confiable donde encontrar las respuestas a estas preguntas. Sobre la base de ocho importantes objetivos, él prove sugerencias e información sobre cómo los niños pueden convertirse en creyentes suficientemente fuertes como para permanecer firmes en los difíciles desafíos de la vida.