Las moras jugosas y lustrosas crecen en los arbustos... las calabazas grandes y redondas crecen en las enredaderas...
Dios hace crecer el fruto. Y Dios, quien nos ama, hace crecer fruto en nuestra vida también... amor, gozo, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio. ¡Este fruto se llama fruto del Espíritu!
Disfruta la lectura de este libro al tiempo que descubres verdades de la Palabra de Dios, ¡Y que el fruto del Espíritu crezca más y más en ti!