Las adicciones nos atraen. En un mundo lleno de presiones, la perspectiva de un escape instantáneo puede ser estimulante. Sean cuales sean —a las drogas, al alcohol, a la comida, al juego o al sexo, por nombrar solo algunas—, las adicciones ofrecen la promesa de placer. Pero, al final, nos otorgan vacío, muerte y destrucción. Lo que comenzó como un escape de los problemas de la vida se convierte en una forma de esclavitud.
La adicción es una esclavitud voluntaria. El cambio no es fácil, pero es posible. No importa cuántas veces lo hayas intentado y fracasado, realmente hay un camino a través de la densa niebla adictiva. Hay una guía para vivir, y, contrario a lo que muchos piensan, está disponible para cualquiera, aun para aquellos esclavizados por una adicción. Dios no guarda silencio sobre este asunto. Su Palabra ofrece esperanza, y esa esperanza es la base de este recurso diseñado para usar en comunidad.