Muchos han aprendido a disciplinarse para ser pacientes, generosos o incluso valientes. Y, aunque esto es elogiable, no se compara con las cualidades que produce el Espíritu Santo. En este estudio de cinco lecciones, podrás entender mejor lo que el fruto del Espíritu es… y lo que no es. Una vida en libertad te anima a permitir que el Espíritu Santo produzca en tu vida amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza y otras cualidades similares a las de Cristo.