Cuando te sientes abrumado por los testimonios de otros que oran toda la noche, ayunan cuarenta días, levantan muertos y llevan miles de personas al Señor en sus campañas...
Es tiempo de volver a Jesús.
Cuando asistes a otra conferencia entusiasta que promete ser la única que reducirá tus problemas, y compras todos los libros y discos, y los pruebas, pero nada cambia, salvo tu cuenta bancaria...
Es tiempo de volver a Jesús.
Cuando alguien te señala y dice: “Así dice el Señor”, pero aquel consejo contradice al de otro que dijo un “Así dice el Señor” diferente, y aquel suena diferente de otro “Así dice el Señor” más...
Es tiempo de volver a Jesús.
Cuando tu buzón estalla de cartas, boletines y pedidos de donaciones de organizaciones con nombres de tres iniciales...
Es tiempo de volver a Jesús.
Es tiempo de oír su voz y hacer las cosas sencillas. Es tiempo de volver a Jesús, puro y simple.