La airada turba exigió a John salir de la casa. Después de unos minutos John salió de la vivienda y marchó sumido en la oscuridad, flanqueado por trescientas personas, hasta la población vecina. En esta localidad la turba aumentó y su furia se agravó. "¿Me quieren escuchar?", gritó John. "No, no - muchos respondieron a gritos - "Mátenlo".
Obedeciendo su llamado, John Wesley desafió la fuerza de las turbas airadas, contravino tradiciones muy arraigadas para ofrecer la esperanza de Cristo a milliones de personas. Apasionado e incansable, viajó a lo largo de su vida cuatrocientos mil kilómetros a caballo, y predicó más de cuarenta mil sermones en campos, iglesias y establos. El movimiento que Wesley fundara se multiplicó por toda Inglaterra en comunidades metodistas y pronto influenciaron naciones lejanas con el evangelio de Cristo.